R.

Falta de personal y poco profesionalidad.

T.

A lo largo de este año la atención a los mayores dependientes (como es el caso del residente familiar a mi cargo) ha empeorado ostensiblemente. Principalmente en la atención médica, la higiene personal y de la habitación y la atención a sus necesidades primarias. De hecho, esta situación nos ha llevado a tomar la decisión familiar de cambiar a nuestro familiar a otra residencia, hecho que se produjo ayer. A pesar de lo expuesto, tengo que manifestar que algunos de los trabajadores (recepcionistas, supervisora y personal de la unidad de convivencia de la tercera planta) desempeñan sus labores con suma profesionalidad (incluso también con afecto), lo que agradecemos mucho ya que ha hecho posible la permanencia de nuestro familiar durante los últimos meses. Otro factor negativo a destacar ha sido la accesibilidad de algunos de los responsables de los servicios, principalmente durante el tiempo en que la residencia ha estado sin dirección. De hecho, no pudimos asistir a la última reunión de seguimiento por problemas de agenda (de la que se nos informó con menos de 48 h de antelación) y nos fue imposible acceder a una fecha u horario alternativo. A pesar de todos los problemas de funcionamiento que ya estábamos detectando. A todo ello hay que añadir la imposibilidad de volver a las condiciones de habitación contratadas inicialmente tras las obras, manteniendo en una habitación más pequeña donde es dificultosa la movilidad del residente en silla de ruedas y no cabe el mobiliario completo. Además, el deterioro y envejecimiento del mobiliario (cajones caídos, falta de tiradores,...) y otros servicios (ascensor) está alcanzando un nivel de dejadez no tolerable a nuestro juicio. No obstante, he calificado con 4 puntos la satisfacción porque considero que la residencia puede ser un buen centro para personas mayores válidas, no para dependientes.